Serendipity

Se dice a encontrar algo por fortuna, en mi caso particular ese día no se porque se me ocurrió dar la vuelta y entrar a la plaza y allí estaba ella, jugando con su hija en el arenero, mas linda que cualquiera de las otras mujeres que estaban allí, lo mas tonto de la situación es que yo no debía estar ahí, pero algo me hizo dar la vuelta después de haber caminado media cuadra en la dirección opuesta. La encontré jugando, riendo… como la mujer más bella de Paris, solo que no estaba sola.
No me atreví a saludarla, tiempo después me entere que aquel hombre que la acompañaba esa tarde no tenia relación alguna con ella, solo estaba charlando, como quien charla mientras hace la cola en la boulangerie. Tant pis pour moi.
No volví a verla hasta la tarde anterior a mi partida de la ciudad luz, estaba yo paradito en la intersección entre el Quai D’Anjou y la rue des Deux Ponts, esperando a una amiga. Estaban por dar las siete de la tarde y el sol comenzaba a caer, y de pronto como por arte de la casualidad apareció, con su larga cabellera rubia y sus ojos azules, no es muy alta, tampoco muy baja, llevaba un pañuelo al cuello con un nudo simple y un sombrero que estaba perfectamente combinado con su foulard y sus zapatos. Es ella con todo su glamour de mujer parisina. Lentamente se acerco hacia mi, me beso en las mejillas y me pregunto como andaba… el resto de lo que paso queda librado a su imaginación. En cuanto a mi, siempre me va quedar el recuerdo de esa tarde en el Pont Marie.